miércoles, 15 de julio de 2009

El 11-S de la CULTURA POP

Esta noche Michael Jackson debería estar actuando en el O2 Arena de Londres. Quince años después el Rey del Pop estaba dispuesto a recuperar su trono, si es que alguna vez lo perdió, porque realmente en todo este tiempo no ha habido nadie capaz de arrebatárselo. Lo que muchos vivimos el pasado 25 de junio fue bastante trágico, sobre todo lo que trabajamos en informativos. Una madrugada pendiente de Internet, con noticias que se confirmaban y minutos después eran desmentidas. Un estado de alerta constante que eclipsó la pérdida de otro icono generacional como Farrah Fawcett. Lo más parecido al 11-S de la Cultura Pop.

No voy a ponerme ahora a reividincarlo el legado musical de Michael Jackson porque muchos ya lo han hecho en las últimas semanas. Y eso es lo que realmente me resulta hiriente. Toda esa hipocresía mediática que rodea la muerte del artista más influyente de la música moderna. De repente, todos los medios están de su lado. Se han lobotomizado para olvidar todo lo que dijeron de él no hace tanto. "Michael Jackson, menudo friki" era el comentario más habitual cada vez que aparecían sus imágenes en televisión. "Ese loco está acabado" era la coletilla habitual cuando se hablaba de su retorno a los escenarios.

A todos nos gustaba cuando estaba de moda. Todos querían tener su cazadora roja de cuero. Todos imitaban sus bailes en las fiestas de fin de curso. Incluso se planteó su candidatura para el Premio Nobel de la Paz. Pero entonces un accidente, mientras grababa un anuncio de Pepsi, hizo que se quemase parte de la cara. Verse tan cerca del otro barrio hizo que Jackson cambiase su manera de vivir, elevando al cubo sus niveles de delirio y frivolidad. Las acusaciones de pedofilia hicieron el resto. Ese niño negro se había convertido en un blanco fácil de todas las bromas.
"Oh, estamos tan tristes de que Michael haya fallecido. Lo queríamos tanto..." No finjáis que os importa. Si estuviese vivo, ahora estaríais haciendo chistes de su nariz. O de niños. Pero como está muerto lo adoráis. Y agotáis sus discos en el Fnac. Y bailáis sus canciones los findes. Y llevais su música en el Ipod. Y rellenáis horas de televisión reivindicado su talento. Y os arrepentís de todo lo que dijisteis sobre él. Como el niño que, un día después de su muerte, reconoció que Jacko jamás abusó de él y que habló sólo por dinero, presionado por su padre. Ahora, ese niño convertido en adulto millonario busca lavar su conciencia por arruinar la vida del Rey del Pop a cambio de un suculento cheque de 20 millones de dólares.


Mi amigo O Garoto de Pucela, a modo de Nostradamus blogero, ya vaticinó su final en 2005: "Viéndole en televisión, cada día tengo más claro que su final será similar al del padre de su ex mujer Lisa Marie: un final prematuro, fagocitado por su propia caricatura". Lo que nadie se esperaba era ese fastuoso funeral que recordaba a sus giras faraónicas de principios de los 90. Música, luces, coreografías, invitados famosos y Jackson, de cuerpo presente, en el centro del escenario. Ejerciendo de maestro de ceremonias. El primer funeral donde ha habido reventa. Parecía obra de su amigo John Landis.

viernes, 27 de febrero de 2009

SANGRE, SUDOR Y BOTOX

Los académicos de Hollywood han sido injustos con Rourke. Su interpretación en The Wrestler es, de largo, lo mejor de la última película de Darren Aronofsky. Después de su fallida (y pretenciosa) The Fountain, las expectativas no eran muy altas y temía encontrarme una obra impersonal, de estética intachable y nulo contenido. No se sí ha sido por Accept (cuyas canciones no escuchaba en una película desde Demons), por Rourke o por las dos cosas, pero me ha gustado. Vale que las películas sobre el ocaso y la redención de un (anti)héroe son facilonas, pero el tándem Aronofsky-Rourke funciona. Se complementan, uno pone la visceralidad y otro la decadencia. La cara bonita la pone Marisa Tomei, algo que se agradece porque el rostro de Rourke es un sindios. Al sonar Sweet Child O’mine antes de los combates me pregunté si él y Axl Roxe son la misma persona o si sólo comparten sesiones interminables de botox.

Quitando ese momento, no aparte mi retina de la pantalla. Eso es algo muy meritorio si tenemos en cuenta que la historia comienza con el declive del protagonista y sabemos lo que va a pasar desde el primer minuto de metraje. A la salida del cine, junto a un compañero generacional, no pude evitar que los tiempos del Pressing Catch eclipsaran la conversación de camino a casa. Se sucedían frases tipo: “¿Te acuerdas del Estaca Dugan?, ¿y de Los Sacamantecas?. Mi favorito era El Poli Loco. Yo tenía el muñeco del Snake Roberts. André el Gigante salía en la princesa prometida...” y así durante un buen rato. Alguno que volvía del cine se incorporó a la conversación y aquello se convirtió en un improvisado (y delirante) debate. Un híbrido entre “Soy el que más sabe de TV” y “¿Quién sabe dónde?”, pero con mucha nostalgia de por medio. Estas son algunas de las curiosidades, leyendas urbanas y rumores varios que fueron surgiendo:

- El último guerrero es un azote de los republicanos que podría enrojecer al mismísimo Schwarznegger. Imparte charlas en las universidades y frases como “El mundo desaparecería si todo el mundo fuera homosexual" o "el mariconeo hace que el mundo no avance" están entre sus citas célebres.
- Owen Heart (de la Heart Foundation) falleció mientras entrenaba, al caer a más de 15 metros de altura.
- Jack “Snake” Roberts sigue en activo con 53 años. Ofrece combate en garitos de mala muerte a cambio de bebida. Su aspecto actual es más lamentable que él de Rourke en The Wrestler. Este video del año pasado lo demuestra.


- Mister Perfecto, El Cariñoso, British Bulldog y Yokozuma murieron antes de llegar a los 40 por consumo desmedido de drogas, analgésicos y anabolizantes.
- Bam Bam Bigelow se lleva la palma. Se quemó intentando salvar a sus hijos de un incendio. Arruinado, fue abandonado por su mujer y, cuando intentaba rehacer su vida, su nueva novia quedó en coma tras un accidente de moto. Bigelow murió por sobredosis en 2007.
Nunca antes un muñeco roto dio tanto juego.

lunes, 2 de febrero de 2009

Con aroma a Serie B

Un amigo de Valladolid, autor del ácido y recomendable blog Tierra de Nadie, define la Noche de los Goya cómo la gran fiesta del cine español, aunque no haya nada que celebrar. Este principio se cumple año tras año. Uno se sienta frente a la pantalla y ve la entrega de premios como si fuera el certamen de Miss España, sin importarle quien gane o pierda. Muchas veces te vas a la cama sin saber quien ha ganado los Goya a Mejor Dirección y Mejor Película porque, llegados a ese punto, ya estás dormido en el sofá y cuando abres el ojo ves la teletienda. Al año siguiente no eres capaz de recordar cuál fue la cinta que se llevó más estatuillas y, como mucho, te acuerdas del generoso escote que lucía Elena Anaya.
Su carácter eminentemente televisivo, con las continuas pausas publicitarias y los tediosos guiones, tampoco ayudan. Y las inoportunas reivindicaciones políticas, menos todavía.

Anoche no hubo de eso (y, si hubo, me pilló haciendo zapping), pero si momentos gran interés. Me gustaron los Muchachada y me hizo gracia el comentario entre Vigalondo y Bayona sobre los remakes estadounidenses. También la perfomance de Rec con Manuela Velasco. autoparodiándose. O ver a un ilustre de mi barrio como El Langui recogiendo dos premios. En la gala hubo zombies, sonaron los nombres de Sam Raimi o Tobe Hooper y el Goya Honorífico lo recibió Jesús Franco, con su inseparable Lina Romay supliendo el escotazo de Elena Anaya. El inefable director (de quien ya escribí aquí) habló con valentía, como siempre ha hecho, y dedicó el premio a los jóvenes cortometrajistas. Lástima que Los Cronocrímenes y El Encargado se fuesen con las manos vacías.


viernes, 23 de enero de 2009

Me maté por un yogur

Esta última semana he estado trabajando en la promoción de una famosa marca de yogures. Al combinar el binomio Yogures-Televisión, irremediablemente nos viene a la cabeza la imagen de José Coronado, ese galán cañí que comenzó su carrera como parteneire de Lina Morgan e Isabel Pantoja y al que podemos ver, enfundado en una chupa de cuero, cuando hay un pre estreno en la capital. Después del éxito del interesante thriller La Caja 507, la gente empezó a tomarse en serio su faceta de actor, aunque, como digo, más que por sus personajes en la gran pantalla será recordado por sus anuncios de yogures. Yo pensaba de después de una década tomando café de maquina en Periodistas, lo de ir al baño sería automático. Luego llegaron Código Fuego, Los Ochenta y RIS, esa suerte de CSI a la española. Con estas tres series, Coronado demostró que no hace falta tomar yogures para cagarla.

lunes, 5 de enero de 2009

VAMPIROS MUY CASTOS

Mal que nos pese a muchos, Crepúsculo ha sido el fenómeno del recién finalizado 2008. Tanto en su vertiente literario como cinematográfica. Un bestseller escrito por Catherine Hardwicke, ilustre mormona, cuyo mayor logro (y despropósito) es contar una historia de vampiros capaz de encandilar a los seguidores de Hanna Montana y los Jonas Brothers. Toda una contradicción porque, si algo ha caracterizado al subgénero de los chupasangres desde el Drácula de Browning al de Coppola, es el erotismo. Una de vampiros sin componente erótico, más o menos explícito, pierde todo e interés. Nada de mordiscear cuellos con connotaciones sexuales, ni de utilizar sus dotes de seducciones para alcanzar fines siniestros... estos vampiros que parecen escapados de la planta joven de El Corte Inglés sacian su sed de mal bebiendo sangre de animales, recitan poesias más cursis que una canción de OBK y son castos. Muy castos.



Basta ya de pseudovampiros con acné que viven atormentados sus días de instituto. Prefiero su antitesis: vampiras lesbianas huyendo de cazadores ultraviolentos. Eso es lo que ofrece Lesbian Vampire Killers, aunque no tendrá el éxito de Crepúsculo. Ni falta que hace.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Feliz Navidad Ms Page

Ya está aquí la Navidad y, con ella, los crismas de cartón, los décimos de lotería y los power points con fotos de gatos y musiquilla bizcochona en formato midi. Bueno no, los power points no son exclusivos de estas entrañables fechas y sus reenvios nos torturan la cuenta de correo durante todo el año. De todas las felicitaciones navideñas, la que nunca olvidaré es la de Bettie Page decorando un árbol, ataviada únicamente con un gorro rojo de Papa Noel sobre su larga melena negra.
Desde que fuera escogida Miss Enero 1955 en la revista Playboy, Bettie se convirtió automáticamente en un icono no sólo de la sensualidad, sino de la sociedad estadounidense. Sus generosas curvas han ilustrado calendarios, cartas de poker, campañas publicitarias… además de provocar el primer encuentro con el onanismo de toda la generación sesentera. Protagonista de títulos de culto como Teaserama, fue la impulsora de filias sexuales como el bondage, spanking y el burlesque, recuperado recientemente por Dita Von Teese (¿su sucesora?), Vinila Von Bismarck o las Suicide Girls.
Su vida personal es carne de biopic. Padre cavernícola que abusaba de ella a los trece años, coqueteos con las bandas juveniles, tres matrimonios fallidos, una lucha constante contra la esquizofrenia y una retirada tardía del erotismo para refugiarse en la religión, con su correspondiente arrepentimiento. Todavía no tiene su propia película, aunque la estética de Jennifer Connelly en la película Rocketeer recuerda mucho a la Reina de las Pin Ups. Lástima que ya sepamos el final, pues el pasado viernes 12 de diciembre, en Los Ángeles, Bettie Page falleció a los 85 años tras sufrir una neumonía. Nosotros siempre la recordaremos con la curvilínea estampa navideña que ilustra este post.

sábado, 25 de octubre de 2008

Vuelvo a ser becario

Es muy habitual, sobre todo cuando coincides con gente que se dedica al mundillo audiovisual, que todas las conversaciones se inicien con la misma pregunta: "¿En qué andas metido?"... como dando por hecho que, independientemente del proyecto o la labor que desempeñes, seguro que estás liado en algo. A veces estás metido en varias cosas al mismo tiempo y, cuando tratas de explicarlo todo, resulta tan complejo (y aburrido) para el receptor que es innevitable que desconecte, aunque no aparte la mirada y, de vez en cuando, suelte expresiones tipo "que interesante", "que bueno", "suena bien"...
No se porqué he empezado a escribir contando esto, será que hace más de un mes que no posteo nada. Paso de hacer un ejercicio de autobombo y yomismismo, pero apenas he podido actualizar el blog por culpa de mi última aventura: la serie multimedia http://www.telecinco.es/becarios
Aquí va el último capítulo de mi cosecha "Goles son amores", la protagonista, seguro que os suena..